La curcumina es un colorante amarillo natural. Se produce en el rizoma de la planta de la cúrcuma. Este ingrediente vegetal secundario tiene efectos anticancerígenos, antioxidantes y antiinflamatorios. Por ello, se utiliza en diversas indicaciones médicas, incluido el tratamiento del cáncer. Existen pruebas científicas de que la curcumina puede aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia y mejorar su eficacia. Actualmente se están realizando varios estudios clínicos sobre su uso en el cáncer. Para tratarse de una sustancia puramente vegetal, existe un número sorprendentemente elevado de publicaciones científicas sobre su uso en el cáncer. Puede encontrar una selección de ellas aquí.

La curcumina no es hidrosoluble y, por tanto, no se absorbe bien a través del tracto gastrointestinal. La absorción puede mejorarse mediante diversos métodos farmacológicos, por ejemplo, el uso de diversas "sustancias portadoras". Se ha demostrado que la preparación en forma de aerosol para la mucosa oral permite una absorción especialmente buena.