Se sabe que los virus causan muchas enfermedades diferentes. Lo que es menos conocido es que ciertos virus se utilizan para tratar el cáncer. Hace más de 100 años, los médicos observaron por primera vez que los pacientes se curaban de su cáncer tras sufrir enfermedades infecciosas. Investigaciones sistemáticas han demostrado que existen tipos de virus que atacan selectivamente a las células cancerosas. Se conocen como virus oncolíticos. En octubre de 2015, un virus oncolítico fue aprobado por primera vez en Estados Unidos, y en 2016 también en Europa y Australia, para el tratamiento del melanoma maligno.
Las células tumorales no pueden defenderse de los virus
Las células tumorales son especialmente sensibles a los virus porque, a diferencia de las células sanas, no pueden producir suficiente interferón para defenderse de la infección. Por tanto, los virus pueden multiplicarse sin obstáculos en las células cancerosas. En determinadas circunstancias, la infección vírica alerta al sistema inmunitario y desencadena una reacción de defensa contra las células tumorales, que puede tener efecto en todo el organismo. Las células sanas del organismo pueden impedir la multiplicación de las células tumorales mediante la producción de interferón. Esto suele provocar síntomas parecidos a los de la gripe, pero protege a las células sanas de posibles daños. Por eso el virus de la enfermedad de Newcastle es inofensivo para el ser humano.
El virus de la enfermedad de Newcastle
Entre los virus oncolíticos también se encuentra el virus de la enfermedad de Newcastle, que se utiliza en el IOZK para tratar tumores. Se utiliza desde hace décadas y su eficacia contra el cáncer ha sido especialmente investigada.