Cómo surge el cáncer

350,000 mutaciones diarias

Las células del cuerpo humano están mutando constantemente por diversas influencias. En esta transformación de su material genético puede darse una degeneración. De entre las 350,000 mutaciones diarias estimadas puede surgir cáncer. Las células degeneradas normalmente son detectadas y eliminadas por el sistema inmunitario. Solo la tolerancia inmunológica frente a células con mutación maligna puede hacer surgir un tumor. Por lo general, cuando esto sucede es porque ya ha habido un enfrentamiento inmunológico fallido contra el tumor. El sistema inmunitario retiene células T residuales, las cuales podrían combatir el tumor con una nueva activación. Este principio también es utilizado en nuestro concepto de terapia.

Evidentemente, también los mecanismos de control del sistema inmunitario pueden fallar, en cuyo caso dejan de desempeñar su función de vigilancia. Una vez que las células cancerosas han sobrevivido en el cuerpo y se ha desarrollado un tumor, este influencia al sistema inmunitario. Mediante diversas estrategias de «camuflaje biológico» inhibe el ataque de las células inmunológicas y puede volverse «invisible». Las células defensivas se «acostumbran» al tumor y dejan de combatirlo, a pesar de que este daña al organismo. Este fenómeno inmunológico se conoce como desarrollo de tolerancia. Sin embargo, esta tolerancia se puede quebrar con una inmunoterapia específica. El propio sistema inmunitario puede tomar la iniciativa, pero para superar la tolerancia necesita informaciones específicas sobre las células cancerosas, así como una activación.

Tratamientos activos versus tratamientos pasivos

Comúnmente el tratamiento contra el cáncer se concentra en destruir las células cancerosas mediante una operación, radiación, quimioterapia, hormonas o anticuerpos, o bien terapias enfocadas (target therapy). Estos métodos tienen por desventaja no poder distinguir correctamente entre células enfermas y sanas. Por eso el tratamiento siempre acaba dañando también al tejido sano y genera efectos secundarios. En resumen, en los tratamientos tradicionales, el paciente mantiene un rol pasivo.

La terapia inmunológica contra el cáncer ha ocasionado un cambio de paradigma: la inmunoterapia poliespecífica apunta a poner el sistema inmunitario del paciente en condiciones de activarse solo y combatir la enfermedad con sus propias fuerzas. Esto puede llevar a una cura completa, incluso sin necesidad de destruir todas las células cancerosas. Más aun, hoy en día se considera que se puede crear un balance entre el tumor y el sistema inmunitario para extender el tiempo de vida con una mejor calidad de vida.

Los investigadores principales de hoy en día recomiendan una combinación individualizada entre distintas formas de procesos comunes e inmunológicos. Esta es la meta que sigue la Inmunoterapia IOZK.

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